28 de junio de 2016

El Galán y la Dama

Después del revuelo suscitado a tenor de la elecciones y la batalla campal de insultos, indiscriminados en cualquier dirección, que he visto estos días por las redes sociales me viene a la memoria este diálogo entre un galán y una dama que mi madre hace poco encontró guardado al fondo de un armario y el cual me hizo muchísima gracia. Y es que hay que tener salero hasta para hacer una buena crítica al que no piensa/actúa como tú, sin ofender y mucho menos humillar. Antes no existían las pantallas táctiles, ni teclas desde las que soltar un discurso y quedarse tan ancho, todo se hacía a la cara y normalmente se aprovechaba cualquier evento para ello, un acto de valentía en toda regla. La abuela de mi madre, mi bisabuela que era de finales del S.XIX, a la que no tuve la ocasión ni el placer de conocer, se la oía contar esta historia. Un día mi madre que aún era adolescente decidió copiar una tras otra las palabras que su abuela decía de carrerilla, cuando se reunía la familia con amigos y vecinos de la huerta tras hacer la recolecta de la cosecha o el desperfollo (deshojar las panochas de maíz) y mientras agasajaban con merienda a todo el que había colaborado en estos menesteres. Los más chistosos contaban chascarrillos para amenizar la velada. Creo que no hay que remontarse mucho en el tiempo para encontrase con este teatrillo familiar,  me cuentan hoy en día. Es por ello que invito al que quiera aumentar su vocabulario “ofensivo” que lea este breve coloquio, se va a reír.

Galán.- Dichosos podéis llamar hoy mis ojos,

que consiguen sin enojo,

el  ver tu cara tan hermosa y tan bizarra,

que presumo,

todo es un poco de uno en tu presente,

si quieres darme licencia,

objeto amado,

seré tu humilde criado

y  fiel amante,

¡Mira que soy estudiante!.

Dama.- Caballero,

no empiece de lisonjero,

que aunque fea

no me impide el que lo sea

el ser querida;

no os canséis por vuestra vida

en tal intento,

pues es malograr el talento

en tal quimera,

aunque yo dichosa  fuera

de mereceros.

Galán.- Pues el dejar de quereros

bella aurora,

más es imposible es,

por ahora,

y así os pido

que reciban de Cupido

aquí a esta fecha,

advirtiendo que está hecha

de mi afecto.

(le entrega la carta, Y POR LO BAJO DICE :)

Quisiera tener acierto

en esta empresa porque me tienes presa toda el alma

que no me deja sentar en calma

duce hechizo.

Dama.- Caballero

ya os he dicho que sois coco

y que no quiera ser loco

en pretenderme

porque más es ofenderme

que alabarme,

sírvase Vd. De dejarme en cortesía

y dejar esa porfía.

Galán.- Es imposible que te muestres tan terrible,

pico de oro,

hermosísimo tesoro de hermosura

soy humilde criatura, te confieso;

trúcame siquiera un beso

por un cuarto.

Dama.- Aparta señor mentecato

que me enfada

 y advierta que soy honrada

y con marido,

¡ha visto qué presumido es el galante,

siendo un poco ignorante y mal mirado

y un poco desvergonzado en sus razones!.

Galán.- Aunque llevo calzones y te quiero

y  tengo mucho dinero en el bolsillo (lo agita)

déjate dar un besillo en el rostro hermoso.

Dama.- Ya he dicho al muy mocoso monaguillo,

que es un desvergonzadillo,

zampabollos,

vaya a echar calzas de pollos,

y acostarse

y también puede arroparse

que está frio.

Galán.- Mejor dijeras al río de mi llanto

pues que siento tanto el enojarte,

que quisiera yo dejarte,

mas no puedo,

porque tienes tal denuedo,

garbo y talle,

que aun estando aquí en la calle,

me provocas,

y el perfecto de tu boca

es un gran suceso.

Dama.- Qué grandísimo camueso y porfiado

¡parece ser licenciado el mentecato!

Galán.- Pues mortero,

con tu cara de puchero mal cocido,

la del gesto relamido,

mondonguera,

descubre esa calavera mal formada,

de postillas empedrada,

garroncilla,

cantonera,

chupatripas…

Dama.- Mal conoces por la pinta

pues tal dices.

Vil despojo de narices,

moco crudo,

que dices que tinta sudo,

¡tú qué sudas sino licores de las cuevas y las cubas

grandísimo camueso!

¡y dame en el culo un beso!

Galán.- ¡Ea, mi niña!

Casquete lleno de tiña,

estelifao,

pescuezo de bacalao,

barca rota,

aún más pesada que cota,

por ti vino la langosta

y el purgón escarabajo,

a un rincón color de circo,

manga de fraile Francisco,

vil persona,

puerca,

cochina,

meona,

gallina clueca,

Hospital,

casa de meca,

mal nacida.

Dama.- Lo que me deseas te venga,

adiós cuero,

morcilla sin atadero,

Baco os guarde.

Me voy porque se me hace tarde,

señor lacayo,

narices de papagayo,

sin provecho,

mírame este ojo derecho,

traspolío,

soplón,

tacaño,

judío,

sonete,

con todos los diablos vete

a  tu lecho.

Galán.- ¡Oh que gran merced me has hecho!

que si admitiera como tuerta

me pusiera garga,

hambrienta,

mesón de ciento cincuenta

y el dinero me llevaras

y tal pastel me pagaras

¡Dios me libre!

¡Dios me libre!

que en el hospital penara empastao

que de ti me he librao,

cara de vaca,

toma chica esta matraca.


Fotograma de la peli Pretty Woman

4 de mayo de 2016

el huerto de mi cuñada

Me sorprende mucho como el ser humano, desde que nace, aprende a base de repetir y errar, lo conocido como método de prueba-error. ¿No sería más conveniente decir; investiga, estúdialo bien, actúa con el corazón y estarás más cerca de acertar?. Y digo más cerca porque eso no significa que se asegure el éxito pleno pero pienso que puedes tener más probabilidades que dándote coscorrones en la cabeza, errando sin cesar. Sin ir más lejos el otro día creo que pude comprobar mi teoría. Mi cuñada Natalia está haciendo un huerto. El huerto de su padre. Ha sido su forma de continuar con su tradición y supongo sentir que algo queda de él por aquí. Pues bien, quiero testificar que el huerto va a ser todo un éxito, ojalá. Primero porque ha estudiado cómo hacerlo bien desde el principio,  con lo que entiendo que se han eliminado varias pruebas con sus consecuentes errores y segundo porque le está poniendo tanto amor que tiene que salir bien. Y es que el modo de hacer las cosas influye en el resultado. Estoy convencida. Seguro que no os sonará a chino lo de: ¡Qué rica está la tortilla! Y justo después escuchar “es que está hecha con mucho cariño”. Así es. Lo hecho con amor parece que sale mejor, aunque no nos engañemos que para hacer una buena tortilla hay que tener además de una cierta habilidad previa, una sartén que sea la adecuada y no se pegue, de lo contrario puede salir un verdadero churro.

Ella, que parecía estar ajena al mundo agrícola, está de lleno y con mucho mimo en el mundo rural. Sus tomates no pueden tener mejor trato. La hallé quitando las malas hierbas que salen junto a sus preciadas matitas como si estuviera limpiado la carita de un bebé. Junto a su inseparable compañero han trabajado duro para conseguir que éstas emergieran desde la tierra. Antes han tenido que labrar, abonar la zona de siembra, hacer los caballones, echar el germen para que luego dé los frutos, regar con frecuencia y sobre todo le han puesto infinidad de pasión. Muchos días en proceso. Ya tienen flores-murmuraba ella con entusiasmo. Yo me visualizaba comiéndome ese apetitoso manjar mientras se las mostraba a Mr Trastito que las miraba con recelo. Este verano saldrán  tomates de ahí- le explicó la tita a su ahijado. Deseosa estoy de que el niño vaya con una cesta a recoger las verduras del pequeño huerto, el huerto del abuelito que con muy buena aficción Natalia está sacando a flote de nuevo.
Ahora toca  esperar que el tiempo sea el idóneo y  la suerte la acompañe para en breve poder catar semejante exquisitez y poner la guinda con un  vino que esté a la altura. Así sea.



















Pd: Quedáis invitados a la primera recolecta con su posterior degustación, con el permiso de mi cuñada por supuesto.


26 de abril de 2016

…bajo la sombra de mis naranjos

Recordar es la manera que tenemos, los que nos quedamos aquí abajo, de hacer presentes a los que se van. Se cumple un año de una de las semanas más espantosas que imagino. Fue tremendamente doloroso. 365 días después nos queda la estela de lo que ocurrió pero desde otra perspectiva, el pasaje sigue hacia adelante…no queda otra salida. Tan solo la sonrisa de Mr trastito 1 nos dirigió hacia el camino para superarlo. Hoy hasta tenemos un Mr trastito 2. ¡Cuánto habrías gozado de ver a tus nietecitos!
Unos días más tarde de aquel triste desenlace me encargué del diseño de la lápida de mi suegro. Todos deambulábamos como sin sentido. Dura tarea la mía. Un proyecto diferente, pequeño pero muy emotivo. La visita de nuevo a la tumba fue diferente al día de la despedida final. Las flores se habían marchitado. El sol estaba tapado por una espesa capa de nubes, la soledad era la protagonista, la impresión de volver se palpaba en todos mis poros. Rodeada de fríos mármoles y granitos, grises e insignificantes, impasibles en el tiempo. Me encontraba atormentada. Una amalgama de cruces latinas que competían en altura me estremecían a cada paso. Tomar medidas y pensar en idear algo que a él le gustase era el objetivo marcado, me redundaba. De pronto me vino la inspiración divina. No usaría piedra, ni remataría con cruces como el resto de vecinos. No, a él eso le aterraba. Un material más liviano y cambiante con el tiempo eso si sería más de su agrado. Transformándose día a día. Siempre mostró orgullo por su huerto y sus naranjos-vacilé mientras quería ver la obra finalizada. Me fui con la imagen clara. Abrí el ordenador para diseñar la pieza fúnebre, más animada. La silueta de un naranjo sería la bandera que rematara el sepulcro y su sombra arrojada en verde representaría el huerto que él tanto admiraba. Una frase le haría compañía para siempre, estar solo nunca le hizo gracia. Este fue mi sutil homenaje.


 


16 de marzo de 2016

40+5

Solo recuerdo que se llamaba Marta. 21 días después. La temperatura era confortable. La luz tenue. La música venía desde una esquina de aquella habitación número 1. Ella era joven, dulce y sabía muy bien cómo ganarse el corazón en esos momentos tan vulnerables. El mío se lo ganó. El de mis acompañantes también. Era un ángel personificado, morenaza de pelo lacio, brillante y abundante, una voz delicada y apaciguadora.

Un trabajo organizado en equipo. Un parto humanizado. El dolor iba y venía. Concentrarse en la respiración era el objetivo. Dejar la mente en blanco. Las caras se volvían pálidas hasta quemar la imagen completamente. Un pinchazo en la espalda prolongado. De nuevo volvía la nitidez y el color a mi vista. La percepción del tiempo se había esfumado. Siento miedo. Los recuerdos de la vez anterior embriagan mi pensamiento y el  echar de menos a mi padre se hace más agudo. Pasan las horas y el proceso continua en marcha favorablemente. Sigo escéptica. Pitidos, constantes, contracciones, dilatación, sueros… el dolor está controlado, se abre la puerta sola, se enciende la luz como un fogonazo, entra y sale personal especializado, me exploran, me hablan cariñosamente, me dan aliento, hablan entre ellas, comentan, la cosa parece ir bien pienso entre pujo y pujo, esta vez Sí que va a ser posible el parto. Sonrío y me siento bien por ello aunque reconozco que con mucho miedo.

De nuevo llega la calma, la luz se viene abajo, la música se oye más fuerte y enérgica pues ha empezado un programa de rock en la radio. El ángel la cambia para hacer el momento más placentero. Un rato que se agradece de descanso. Mi madre y R. conversan animadamente mientras cierro los ojos por un momento. Una aterciopelada voz me despierta sutilmente advirtiéndome que va a comenzar el parto. ¿Ya? La dilatación ha sido completada con éxito. El miedo me sacude de nuevo haciéndome tiritar las piernas fuertemente y entrando en un estado de sudor frio ante semejante situación. Un ejército perfectamente ordenado irrumpe en la sala con celeridad. Decididos veo preparar cacharos a mi derecha e izquierda, la cama se transforma, mis piernas suben al alza y una serie de preguntas y directrices me bombardean cerca de mi mejilla. El objetivo está cerca. Mi corazón se agita progresivamente. Muchas palabras llegan a mis oídos de distinta procedencia pero con el mismo mensaje: ¡venga que eres una campeona lo estás haciendo muy bien!. Muy diferente a la primera vez. La tos no me deja concentrarme demasiado en el asunto. El esfuerzo empieza a causar sudores, cansancio y emoción…está llegando…no he sido consciente de lo rápido de este instante pero en tres empujones fuertes y con la ayuda de los medios y de tanto personal mi pequeño ya está en mi pecho, piel con piel. R. y yo nos miramos y lo miramos absortos ante tan bonita criatura. Su piel caliente y suave como el terciopelo me enternece “sobremaneramente”. El personal empieza a desaparecer, cada uno ha desempeñado su cometido mientras nosotros seguimos contemplando lo que la naturaleza crea de forma asombrosa. Pasan unos minutos, se despiden y dan la enhorabuena los últimos profesionales en aquel espacio. La luz se desvanece considerablemente. Me devuelven a mi niño con un gorrito y arropado en una mantita. Marta se encarga de engancharlo a mi pecho. Ella lo ha gestionado todo. El bebé está succionando con vehemencia. Otro milagro de la naturaleza. Me quitan cables, los pitidos dejan de sonar, solo se escucha un susurrito leve del recién llegado  que está enganchado mamando. Esto es la auténtica Felicidad pienso en esos momentos. Me acuerdo mucho de primer hijo. Estoy satisfecha de haberlo conseguido. Ahora ya somos 4.

Dedicado a Marta, matrona residente y mi ángel, y a todo el fabuloso personal del maternal de la Arrixaca.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

5 de enero de 2016

Cuento de los Reyes Magos

Hoy es el 71 cumpleaños de mi padre. Ya no está aquí pero yo lo siento cerca.
Un año justo que todo empezó.
Esta noche intentaremos recordarte, como siempre hacíamos,espero que con alegría.
Recupero este cuento de Navidad que escribí sobre los Reyes Magos para dedicárselo desde dónde esté viéndonos, él era uno de los protagonistas así que sirva de felicitación póstuma.

Cuento de Navidad
Erase una vez una niña, un niño y sus papás. Como cada Domingo todos desayunaban reunidos en la mesa unos deliciosos churros con chocolate a la taza. Uno de esos Domingos, era principio del frío mes de Diciembre pero hacía mucho sol y los rayos golpeaban fuertemente contra el mobiliario del salón. Los niños estaban sentados en el sofá reposando lo ingerido aún con el pelo alborotado de la noche anterior. La madre sin preámbulos decidió tomar la palabra y les advirtió: “tengo que contaros algo importante, como se acercan Navidades y con ello los Reyes Magos os voy a confesar un secreto que pronto os pueden contar un amigo mayor y prefiero ser yo la que os lo desvele. Los Reyes Magos no existen, somos nosotros”…se oyó un fuerte suspiro. Pasados unos segundos el niño con la voz entrecortada y arrebatada contesta ¿Cómo que los Reyes Magos sois vosotros? ¡Eso no puede ser, yo los vi el año pasado!. La niña que era un poco más mayor, aunque pudiera ya saberlo quedó también impresionada y respondió; ¿Entonces este año qué hacemos?¿Vendrá  Papá Noel?…en ese preciso instante la magia se fue por la ventana…
Unos días después, llegó Papá Noel. Ya no tenía nada de emoción, pero como contaban con todas las Navidades por delante para poder jugar con los juguetes pusieron todo su empeño y sacaron algo de ilusión. La tristeza los había absorbido por completo. La madre muy pesarosa intentó suavizar su confesión pero los niños ya habían ideado un plan, “su plan perfecto”. Los días previos al día de Reyes los niños paseaban para visitar a sus primos, de camino se fijaron en un escaparate, ambos se miraron con una sonrisa cómplice cómo sin palabras sabían lo que estaban tramando. Decidieron entrar al bazar  y compraron un juguete de “playmobil”  que al niño le había entusiasmado días anteriores. Pidieron que el envoltorio fuese neutro. Eligieron para ello un papel blanco, mate, sin ninguna distinción.
¡Lo que yo quería!
¡Lo que yo quería!
 
Llegó la esperada noche de Reyes, la niña muy cautelosa, se hacía la dormida. Una vez que sus padres se fueron a dormir ella sigilosa salió de debajo de las mantas, cogió el paquete envuelto de blanco, lo colocó junto al árbol y el resto de envoltorios y volvió veloz a su cama. Esa noche por supuesto ella no durmió. A la mañana siguiente habían algunos paquetes, pero uno fue el que más destacó. Los padres lo miraban atónitos. Cuando el niño despertó, aún con los ojos pegados, corrió hacia el salón empezó a descubrir regalos y dejó el del misterioso papel blanco para el último. La sorpresa fue muy grande cuando lo abrió.¡ Me encanta, lo que yo quería!. Y acto seguido dijo: Gracias Papás-Reyes. La sorpresa fue para los padres que sin decir ni media palabra se volvieron el uno al otro sin comprender de donde había salido ese juguete que le había hecho tanta ilusión. La madre, como si hubiese sido poseída por un ciclón corrió hacia las ventanas, comprobó que éstas estaban cerradas, hacia las puertas y también estaban cerradas. Llevó al padre a otra estancia y entre susurros le preguntó que si había sido él. Minutos después se oyó accionar el teléfono…sin ninguna afirmación. Nadie había sido. Todo estaba en su sitio y cerrado, no había rastros ni huellas. Más llamadas se sucedieron pero sin ninguna información….A la media hora con voz carraspeada  la madre exclamó: ¡Ay, los reyes Magos si existen y me han castigado por decíroslo antes de tiempo! Los niños siguieron a la suya, jugando sin prestarle mucha atención.
Tres meses más tarde, la madre seguía repitiendo esa exclamación, lo contó por todos los rincones y a todo el que se cruzó. Un día sentados de nuevo a la mesa, la niña decidió que ya estaba bien con guardar el secreto y lo confesó. Dijo que ellos compraron el regalo, lo recubrieron con un papel que no diera pistas del sitio donde había sido comprado y que ella misma se levantó en el silencio de la noche, y lo dejó junto a los paquetes que los padres habían previamente dispuesto. Lo del paripé del niño era realista porque es verdad que lo quería pero le puso más énfasis a modo teatral. La madre no se lo creía. Ahora fue ella la que perdió la emoción. La magia salió de nuevo por la ventana dándole una buena lección. Y colorín colorado este cuento ha sido contado.


Pd: La niña soy yo, el niño es mi hermano y los papás son mis papás. ¡Ahh y la historia es verídica!

4 de diciembre de 2015

No podemos veros pero sabemos que estáis ahí…

Siempre que llega Diciembre, último mes del año, por una extraña razón, la cabeza gira haciendo su particular balance anual. Este año me propuse no hacerlo, ha sido demasiado desdichado, pero la razón va a la suya y cada día  me repite palabras, frases, me recuerda imágenes impactantes, situaciones indescriptibles vividas estos meses…y he decidido darle una oportunidad para saciar ese desasosiego y quizás así calmar esa sensación. Por lo mismo, temía la llegada de la Navidad, época que se tiene por familiar y alegre. Por  todo lo sucedido ni me planteaba hacer nada especial, pero también voy a darle una oportunidad, ¡Claro que sí!. Hay un pequeño en mi interior terminándose de gestar y otro en mi exterior revoloteando y pintando de verde por donde pasa, a veces literalmente con un rotulador. Ellos merecen una bonita Navidad, un final de año diferente. Por ellos hay que estar contenta y dar las gracias por todo continuamente. Papá, esa persona que hace millones de cosas a la vez, también necesita un merecido descanso y desconexión. Ha sido un año demasiado sobrecogedor y tenso. ¡Me duele mucho recordarlo!. Ahora necesitamos borrar algunos recuerdos y transformarlos en algo distinto, cosas bonitas, luces de colores, nubes esponjosas, una ola rompiendo en la orilla del mar, quizás en pajaritos saltando sobre la hierba o simplemente comer turrón de chocolate hasta quedar totalmente saciados y satisfechos. Mario cuando ve un avión por el cielo dice:“mira va a visitar al abuelito” a los abuelitos le rectificamos nosotros. Así quiero pensar yo con la ingenuidad e inocencia de un niño. Camuflar los hechos con simulaciones preciosas como esbozadas con dibujos simplones y con colores extravagantes o pasteles, me da igual. Lo que sea por hacer sentirnos mejor y poder emitir más sonrisas que lágrimas, jejeje.

No podemos veros pero sabemos que estáis ahí… Nosotros,aquí, vamos a seguir realizando las tradiciones de la familia como siempre, como si todo siguiera igual y que sirva de emotivo homenaje. Repetiremos la suculenta “pata al horno” con la receta de Don Manolo. Os enviaremos un trocito hacía el cielo para que la probéis a ver si sigue teniendo ese delicioso sabor inconfundible. Me apetece mucho aunque tenga que sobreponerme a ello, no voy a mentir. Se percibe una mágica ayuda, no obstante. ¡Qué os aproveche tanto como a nosotros!  
 

 
Papi al menos no estás solo y pasaréis estos días juntos los dos abuelitos, estoy convencida. Tomaros una copita de un excelente vino a nuestra salud y reíros mucho contemplando en la lejanía las fechorías y las conversaciones que tiene vuestro nietecico precioso. Pronto llegará el segundo, qué pena que ya no podáis conocerlo, pero seguro que llega con dos ángeles debajo del brazo.
 

 

22 de noviembre de 2015

22 años no son nada…

Veintidós años han pasado desde que nos separamos cuando terminamos nuestra etapa en el colegio, eran tiempos de la EGB. Teníamos 14 años exactamente y rondaban los primeros años de aquellos 90. Luego cada uno tomó un rumbo diferente. Otros siguieron juntos sus caminos. Ahora la mayoría ha formado su propia familia, otros están en proceso de ello y otros no saben no contestan…Ha pasado toda una vida por nosotros pero en esencia seguimos siendo los mismos, obviamente con algo más de madurez, algunos, jajaja.

El pasado 14 de noviembre nos volvimos a reunir, cena italiana mediante. La emoción que emanaba nuestros ojos era más que evidente incluso alguno estaba literalmente “hecho un flan”. Al principio costó reconocer a algún que otro compañero/a pero en general  fue fácil despojar de los años pasados a aquellos niños-adolescentes que llevábamos dentro. Nos reímos muchísimo recordándonos por aquellos tiempos, contándonos las anécdotas de clase y de las excursiones, de cómo estábamos y cómo estamos, de la añoranza que nos daba pensar en cómo estarían nuestros profesores, de los hijos que cada uno tiene, de lo que ha dedicado o dedica su vida…todos con una sonrisa de oreja a oreja.
No ha pasado el tiempo, parecía, murmurábamos entre nosotros…Y claro sí que ha pasado el tiempo, ya lo creo, 22 años, pero era como si no hubiesen pasado, un sentimiento nostálgico-alegre salía de nosotros. El mismo que sentí cuando recibí un mensaje diciéndome que se iba a celebrar una cena de antiguos alumnos del colegio y pedían mi teléfono. Upsss subidón!!!

Muchos han seguido conservado su amistad, complicidad, vivencias, incluso algunos se han hecho familia entre ellos. En mi caso fue distinto. La siguiente etapa estudiantil me llevó por otros derroteros, otra ciudad, otras experiencias, otras oportunidades…una vida diferente. La distancia hizo alejarme del círculo de convivencia de ellos. Hoy en día gracias a la conectividad de las redes he vuelto a recuperar el contacto con algunos. A esta reunión faltaron muchos que tenían inmensas ganas de reencontrarme de nuevo. A la siguiente no volverá a pasar, espero, porque ya se están calentando motores para celebrar otro guateque pronto. Y es que nos faltó tiempo. Una noche se hace corta para resumir 22 añazos. Sin duda la etapa más importante y decisiva de nuestras vidas. El paso de niños a adolescentes y luego a adultos. Nos quedamos con ganas de más. ¡Eso es bueno!. No pude hablar con todos, éramos bastantes…así que en la siguiente seguimos con las miles de conversaciones pendientes. Me sentí como en casa, como en familia, a gustito, arropada, incluso tuve el placer de que me acompañaran 7 caballeros hasta el coche ya entrada bien la madrugada, ¡eso es ir escoltada y lo demás son tonterías! Esto de estar embarazada tiene sus ventajas, juas juas. También las chicas tuvieron muchas atenciones conmigo por mi estado.
 La cena estuvo fenomenal. Uno de nuestros compañeros era el chef y la verdad dimos buena cuenta de la misma. Mi estómago y mi bebé también lo agradecieron. Después seguimos la velada en otro sitio nocturno.Los que tenemos hijos pequeños tuvimos que ausentarnos antes de llegar a casa y encontrarnos a los niños levantados, gajes del oficio. Otros aguantaron hasta  tomarse los churros de buenos días...¡qué suerte¡ Las escasas 3 horas que dormí esa noche merecieron mucho la pena.

¡Muchísimas gracias a todos, me encantó estar todos juntitos! Repetiremos. Y por supuesto que a la siguiente me apunto de nuevo, espero que no me coincida próximo-post día D.
Amparo, Emilio, Rafa, Pepi, Dani, Pablo, Beatriz, Juan, MºJosé, Mónica P., Noelia, Mari Loli, Chari, Olga, Alex, Samuel, Fulgen, Juan Carlos, Fernando, Juan Jo, Paco, José O.,Victor, Pedro, Fran A., Jose Antonio (aunque no lo llegamos a ver que se quedó durmiendo en el coche...)